La hipoclorhidria es el estado en el que no se produce la cantidad suficiente de ácido clorhídrico (HCL) en el estómago.
El ácido clorhídrico es importante para la digestión adecuada de los alimentos (especialmente de las proteínas), es esterilizante (elimina gran cantidad de los patógenos que entran vía oral), aumenta la biodisponibilidad de vitaminas y minerales (como la vitamina B12, el hierro, el manganeso, el zinc…), y estimula la secreción del resto de jugos digestivos.
El estómago libera el ácido clorhídrico gracias a las células G, que aumentan la producción de la hormona gastrina. Esta hormona induce a las células enterocromafines a liberar histamina (estimulante de liberación de ácidos en el estómago, ácido clorhídrico) y al aumentar el propio ácido en el estómago, frena la liberación de gastrina.
Así, al no liberar una cantidad adecuada de ácido clorhídrico, se acumula histamina, la cual puede reaccionar de manera alergénica a ciertos nutrientes.
Por otro lado, una hipoclorhidria puede ocasionar fracturas espontáneas debido a que el calcio, en situaciones de acidez sanguínea, estabiliza el pH en sangre.
Síntomas
La sintomatología se caracteriza por dificultad para digerir carnes, sensación de acidez o reflujo ( como consecuencia de mantener abierta la válvula entre el estómago y esófago, cardias, eructos, flatulencias y/o distensión después de las comidas, y síntomas histamínicos postpandriales.
Causas
Las causas básicas de la hipoclorhidria son:
- Consumo de los mal llamados protectores gástricos.
- Infección/disbiosis estomacal (comúnmente del Helicobacter pylori).
- Desregulación de la unidad funcional duodenal como dificultades en la producción de enzimas pancreáticas y/o bilis que va a ser compensado mediante un trabajo excesivo del estómago hasta su agotamiento.
- Ausencia de grasa o proteína en la dieta –alimentos que estimulan la producción de ácido clorhídrico.
- Procesos de inmunidad/autoinmunidad que debilitan o atrofian la mucosa gástrica.
Consecuencias
Las consecuencias tradicionales de la hipoclorhidria son trastornos digestivos funcionales, problemas digestivos, distensión abdominal, sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, déficit de minerales, debilidad ósea, anemia ferropénica, entre otras.
Diagnóstico
A parte de la clínica, podemos saber mediante tests si la persona está sufriendo de hipoclorhidria:
- Heidelberg test: consumo de una cápsula de valoración del pH del estómago.
- Test del bicarbonato: el ácido clorhídrico en contacto con el bicarbonato produce CO2, por lo tanto, si se consume un poco de bicarbonato al poco tiempo deberíamos eructar. Si a los 5 minutos de consumido el bicarbonato no ha ocurrido un eructo, quiere decir que hay falta de ácido clorhídrico.
- Test del HCL betaína: si ante la toma, la sintomatología mejora, quiere decir que esa persona puede estar sufriendo de una hipoclorhidria.
- Biopsia virtual/serología: en la sangre sustancias que sólo deberían estar en el estómago como la gastrina-17, el pepsinógeno y anticuerpo anti-helicobabter.
Tratamiento
El tratamiento básico de la hipoclorhidria comienza desde atacar la causa, comer con hambre para que el estómago trabaje correctamente, tender más a cosas crudas que cocinadas, suplementación para la hipoclorhidria funcional con betaína HCL con pepsina y para la infección por Helicobacter con betaína HCL con pepsina (dosis según test) o con probióticos en sobres.
BETAÍNA
La betaína, o también conocida como Trimetilglicina, se trata de un derivado de la colina.
La betaína es un nutriente no esencial y una fuente de ácido clorhídrico, un químico que se origina naturalmente en el estómago que descompone las grasas y las proteínas. Es necesario para el metabolismo (absorción) de proteínas, calcio, vitamina B12 y hierro.
Se aconseja una dosis de 200 mg a 500 mg al día, acompañado de alimentos que contenga proteínas.
Puede interactuar con Ácido acetil salicílico o antiinflamatorios.
Se desaconseja en embarazo, lactancia, ulcera péptica o estomacal.