La calabaza y sus semillas

La calabaza es un alimento excepcional. Es digestiva, deliciosa y está llena de propiedades beneficiosas para la salud. Hay sobradas razones para utilizarlas durante todo el año, pero especialmente ahora que estamos en otoño.

Todo indica que la calabaza, tuvo su origen en América y que las primeras tenían un sabor amargo, pero los agricultores americanos fueron seleccionando y cultivando las semillas hasta conseguir un alimento dulce y aromático.

Los españoles la introdujeron definitivamente en Europa, en el siglo XVI.

Hay multitud de variedades de calabazas, diferentes tamaños y colores, todas comparten algunas características. Poseen una cavidad donde se alojan las semillas, la pulpa es suavemente dulce con una textura firme, de grano fino y la piel es tan dura y aislante que permite conservarlas durante meses en un lugar fresco y seco.

En España, la mitad de las calabazas que se consumen proceden de las islas Canarias y Andalucía. También se cultivan en Valencia, Murcia y Cataluña, pero los grandes productores mundiales son China, India, Ucrania, Estados Unidos, Egipto y México.

Las calabazas, especialmente las variedades de otoño, proporcionan vitaminas y minerales esenciales sin aportar apenas calorías.

Presenta una gran riqueza en vitaminas, especialmente betacaroteno o provitamina A y otras dos vitaminas antioxidantes, la C y la E.

También proporciona licopeno, el mismo pigmento antioxidante del tomate, y varias vitaminas del grupo B, (B2 y B6 y ácido fólico).

Entre sus minerales destacan el potasio, el fósforo, el magnesio, el hierro y el cinc. Aparte de poco calórica, es uno de los alimentos más medicinales de nuestra huerta.

Las semillas son ricas en Zinc

Crudas o secas, las semillas constituyen un sano aperitivo o tentempié. Entre sus minerales sobresale el magnesio, importante para los sistemas cardiovascular y nervioso: 50 gramos cubren la mitad de las necesidades diarias.

Además, su riqueza en zinc, relativamente poco habitual en los alimentos vegetales, mantiene en buen estado el sistema inmunitario y previene los resfriados frecuentes, la fatiga crónica o la depresión.

En los niños, mejora el aprendizaje y el seguimiento escolar.

También, debido a la riqueza en zinc, las semillas pueden ayudar a prevenir y tratar la hiperplasia benigna de próstata.

La presencia de triptófano en las semillas ayuda a su vez a relajar el sistema nervioso y a favorecer el sueño.

Beneficios de la calabaza

 

Por su composición nutricional, la calabaza es aconsejable en todas las etapas de la vida, especialmente en la infancia, pues contribuye al buen estado de la piel, los huesos y los dientes, así como del sistema nervioso y el aparato digestivo.

Resulta muy recomendable durante el embarazo y la lactancia. Es, además, un alimento conveniente en caso de diabetes, pues aunque sea dulce, sus azúcares se absorben lentamente y no sobrecargan el páncreas. Consumida habitualmente puede resultar beneficioso en muchos otros trastornos de salud:

Aparato urinario: cistitis, prevención de cálculos renales, retención de líquidos, insuficiencia renal.
Sistema cardiovascular: hipertensión arterial, prevención de la angina de pecho, mantenimiento de nivel adecuado de colesterol y anemia.
Sistema inmunitario: infecciones crónicas, gripe, prevención de enfermedades degenerativas.
Aparato digestivo: gastritis, úlcera gastroduodenal, estreñimiento, parásitos intestinales.
Sistema nervioso: ansiedad, estrés, depresión, insomnio.
Enfermedades metabólicas: obesidad y exceso de ácido úrico.
Aparato respiratorio: faringitis, laringitis, bronquitis, asma.
Salud ocular: fotofobia, ceguera nocturna, cataratas.
Salud masculina: hipertrofia benigna de próstata, prevención del cáncer de próstata, infertilidad (oligoespermia).
Prevención del cáncer: sobre todo de colon, vejiga, próstata, pulmón y útero.

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