Todas las superficies de nuestro cuerpo están recubiertas por microorganismos (en su mayoría bacterias), formando un microecosistema llamado microbioma.
La microflora intestinal está formada por 100 billones de bacterias de aproximadamente 400 especies distintas, albergadas en su mayor parte en el intestino grueso (95% de las bacterias de nuestro cuerpo).
Aquí, conviven en equilibro poblaciones de bacterias beneficiosas (bifidobacterias, Lactobacillus, E. coli no patogénica) con otras patógenas (E. coli hemolítica, Clostridium perfringens, Campilobacter, Listeria) y un desequilibrio en este microbioma, puede originar el desarrollo de algunas enfermedades o alterar nuestro estado de ánimo.
Por ello, es muy importante apoyar nutricionalmente a nuestras bacterias intestinales favorables, lo que se puede conseguir ingiriendo prebióticos o probióticos.
PREBIÓTICOS
Género Lactobacillus
El género Lactobacillus se describió por primera vez en 1901. En la actualidad, se reconocen 56 especies, de las cuales, se destacan: Lb. acidophilus, Lb. helveticus, Lb. casei – subsp. paracasei e subsp. tolerans, Lb. paracasei, Lb. fermentum, Lb. reuteri, Lb. johnsonii, Lb. plantarum, Lb. rhamnosus e Lb. salivarius
El género Lactobacillus aporta beneficios básicos comunes (capacidad de adherirse a las mucosas y producir sustancias bactericidas), pero ciertos beneficios, sin embargo, pueden depender de la especie e incluso de la cepa.
Mecanismos de acción
Los probióticos son beneficiosos para el cuerpo humano principalmente por:
- Evitar el crecimiento de patógenos
Los probióticos acidifican la luz intestinal (bajan el ph del medio), producen sustancias que inhiben el crecimiento de microorganismos patógenos y compiten por el alimento y lugar de adhesión al intestino.
- Altera el metabolismo microbiano
Existe una competición por los receptores intestinales que genera un aumento o disminución de la actividad enzimática.
- Estimula la inmunidad del huésped
Tienen actividad inmunomoduladora (modifican la respuesta a antígenos), aumenta los niveles de anticuerpos y disminuye la inflamación intestinal.
En la inflamación intestinal, el epitelio juega un papel de barrera inmune, estableciendo la separación entre el contenido luminal y las células subepiteliales.
Cualquier alteración de esta barrera (provocada por antígenos dietéticos, microorganismos patógenos, agentes químicos o radiación), conduce a una mayor permeabilidad que pueden causar un aumento en el flujo de antígenos causando varios tipos de inflamación.